La Participación Atrevida
Hoy vivimos una participación anémica y predecible en la que predomina la intención de evitar lo peor sobre el entusiasmo de que pueda emerger algo mejor. Los comportamientos institucionalizados han tomado el lugar de la interacción entre seres humanos. La indolencia frente a los intereses de otros, el temor al conflicto o el cinismo nos llevan a que cada proceso participativo no sea más que el cumplimiento de un requisito legal desde la perspectiva de los convocantes y una nueva confirmación del desdén del Estado por la incidencia social desde la mirada de quienes participan.
Esto ha conducido a una cultura de desconfianza entre quienes convocan y tienen el poder y el mandato para promover la participación y la ciudadanía que busca construir poder para transformar su realidad.
Frente a esto proponemos la participación atrevida. Una participación auténtica y genuina en la que cada conversación genere un cambio. Una participación que acoja la diferencia de intereses y el conflicto como fuentes de creatividad y de posibilidad y que cultive relaciones más equitativas entre los actores involucrados.
El llamado
Buscamos mejorar la calidad de los espacios de
participación para profundizar la confianza que es la base de un sistema democrático donde lo público se construye por y para todos.
Este es un llamado al coraje de personas apasionadas por lo que hacen y conscientes de la complejidad e interdependencia de los desafíos que enfrentan. Les llamamos a restaurar el sentido común en la participación en lo público.
Para lograrlo...
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Nutrimos el coraje de quienes trabajan en temas públicos, desarrollando modelos mentales, habilidades y capacidades.
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Conectamos para construir relaciones más fuertes, identificar intereses particulares y comunes y trabajar de frente con asuntos de poder, privilegio, injusticia e inequidad .
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Inspiramos a través de historias de personas que se han atrevido a hacer las cosas de manera diferente y han incidido en cambiar su realidad.
